La chica del molinero

Rafael Pérez y Pérez

Josefina y Luis Ribera, habían jugado juntos de niños; juntos habían hecho todas las travesuras propias de la edad, y así habían llegado a quererse con un cariño al que sus almas infantiles no acertaban aún a ponerle nombre; pero entre ambos se produciría luego un abismo bastante profundo que habría de gravitar sobre sus propias vidas. Josefina, si bien de origen humilde, era rica; y Luis, no obstante ser un señorito, era pobre. Ella procedía de una familia de labradores, que se había enriquecido con el trabajo. En cambio, él pertenecía a una familia linajuda venida a menos por los azares de la vida. Tales diferencias de posición y de clase, se agudizaban por la intransigencia de la "Gobernadora", la abuela fría y despótica, cuyo desmedido y mal entendido orgullo de raza había llevado a la familia Ribera al borde de la tragedia. Y un día Luis se fue a Madrid, a estudiar, y se olvidó...